Un llamamiento a la responsabilidad y al compromiso de todos, para que los jóvenes puedan encontrar trabajo en sus tierras de origen y no sean obligados a emigrar fue dirigido por el Papa Francisco durante el tradicional canto del «Te Deum» de final de año, presidido el sábado 31 de diciembre por la tarde, en la basílica de San Pedro.
En la oración de las Primeras Vísperas de la Solemnidad de María Madre de Dios, después del Padre Nuestro, fue expuesto el Santísimo Sacramento en el ostensorio colocado en el altar de la Confesión. El Papa se detuvo algunos minutos en adoración, y después del tradicional «Te Deum» impartió la bendición eucarística. En la liturgia participaron treinta cardenales, entre los cuales Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, y Parolín, Secretario de Estado.
Para finalizar el Pontífice salió a pie de la basílica y se acercó a rezar ante el pesebre instalado en la plaza de San Pedro. Fue recibido por el cardenal Bertello, presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, por el obispo secretario general Vérgez Alzaga y por el director de los Servicios técnicos don García de la Serrana Villalobos. Mientras la banda musical del Cuerpo de la Guardia Suiza Pontificia interpretaba melodías navideñas, el Papa se detuvo algunos minutos ante la representación de la Natividad, después se entretuvo saludando a los fieles que le esperaban detrás de las vallas.
Fuente: L’Osservatore Romano